8.10.2012

Inspiración.

Curioso es que un montón de palabras apiladas en un orden coherente, e incluso seductor, le hagan sentir correr la sangre por las arterias, desde el corazón a todo el cuerpo y de vuelta, mientras se imagina como sus propias palabras se forman en su cabeza. Uniéndose. Calzando. Como un rompe cabezas. Creyendo poder ser inspirador. 

Con recelo observa la hoja en blanco y el lápiz zumbante que sostiene a  su derecha que, como un soldado, está quieto esperando por una nueva orden. Piensa en la inspiración pero no llega a nutrirse de esta. Lo sabe. Sabe que hay un montón de ideas en su cabeza pero aún no encuentra la manera de llevarlas al carbón. Al papel. 

Se distrae y se olvida. El papel se torna amarillo y el carboncillo se debilita. Al igual que su poca inspiración. 

8.08.2012

Fuck it.


Un vacío en el estómago lo atormenta. Miedo. Como si se estuviese ocultando constantemente de algo o de alguien. 

¿Se está ocultando? 
¿De qué? 
¿A qué le teme?

La última hora antes de pararse de la cama es... claustrofóbica. Los sueños; los pensamientos le atan. Está despierto. Consciente de ello. Sin embargo no puede abrir los ojos. No se puede escapar. interminable. 

Es un tonto. 

Dejarse dominar por su mente, ¡Ja! ¿Que será lo siguiente? ¿Sucumbir ante los miedos? Que manera más patética de morir. Que tragedia. Otro Aquiles. Gran potencial. Estúpido talón. 

Quizá escapa de si mismo. 
¡Eso! 

Huye de sí. De sus pensamientos. De la claustrofobia. Pronto llegará al final del camino. Pronto. Pobre imbécil. Pobre tonto. No sabe lo sencillo que es.