12.08.2012

Cuando te extraño.

Eran las 18 horas.

Se tuvieron que separar por un corto tiempo. Pero esto no fue obstáculo para que su cara cruzase sus pensamientos o su nombre fuese pronunciado de sus labios.

Se encuentra inundado en un mar constituido por ella. Sólo habla de ella. Sólo piensa en ella. Sólo vive por su futuro. 

Son las 19 horas.

En un apuro se movió veloz sobre el asfalto para su encuentro. Tristeza para él que no encontró más que el vacío silencio. Sin embargo, éste sabía que ella se encontraba en algún lugar pensando en él. De la misma manera en que él mismo piensa en ella.


Uno desea obsequiarle un beso de buenas noches a la chica de rojo. 

11.09.2012

Roses.

El mago no ha hecho aparición desde La Blanca. Cuyo color fue excéntrico para su seguidora. La chica de piel caramelo y los ojos azabaches. La chica del labial sangre y el dado lengua.

"Cuando sus rosas siempre fueron de rojo sangre..."

La primera, La Roja, florecida de su espalda.

Para la segunda; La Blanca, usó un encantamiento para hacerla flotar en frente de su nariz. Solo necesitó desviar la vista de Morfeo. E incluso dejó una carta en la mesa. Hace ya casi 5 meses desde entonces. 

Ahora el mago está preparando un nuevo truco. De un color inimaginable. De un color que jamás se pensaría ver en una rosa. 

11.08.2012

Flechas.

Aún sin confirmar, a veces, es obvio el efecto que las palabras tienen sobre los demás.

Siempre que esos atisbos de molestia se asoman a la superficie del iceberg es por culpa de las palabras que son arrojadas como flechas incendiarias desde los labios rosados que tanto le gustan.

En esos momentos el arrepentimiento sube por sus piernas y le hace caer sobre sus rodillas. La reflexión ataca sus pensamientos que corren de un lado a otro. Los nervioso se escurren por todo su cuerpo al pensar que debió callar y hacer un simple esfuerzo...

Pero ahora lo ataca la confución al darse cuenta que siente lo contrario en el fondo. De que el iceberg debe de entender por qué ciertas flechas son lanzadas.

Ahora lo que siente es desesperación por que él sabe que el iceberg entiende. Pero parece que el que no entiende es él...


8.10.2012

Inspiración.

Curioso es que un montón de palabras apiladas en un orden coherente, e incluso seductor, le hagan sentir correr la sangre por las arterias, desde el corazón a todo el cuerpo y de vuelta, mientras se imagina como sus propias palabras se forman en su cabeza. Uniéndose. Calzando. Como un rompe cabezas. Creyendo poder ser inspirador. 

Con recelo observa la hoja en blanco y el lápiz zumbante que sostiene a  su derecha que, como un soldado, está quieto esperando por una nueva orden. Piensa en la inspiración pero no llega a nutrirse de esta. Lo sabe. Sabe que hay un montón de ideas en su cabeza pero aún no encuentra la manera de llevarlas al carbón. Al papel. 

Se distrae y se olvida. El papel se torna amarillo y el carboncillo se debilita. Al igual que su poca inspiración. 

8.08.2012

Fuck it.


Un vacío en el estómago lo atormenta. Miedo. Como si se estuviese ocultando constantemente de algo o de alguien. 

¿Se está ocultando? 
¿De qué? 
¿A qué le teme?

La última hora antes de pararse de la cama es... claustrofóbica. Los sueños; los pensamientos le atan. Está despierto. Consciente de ello. Sin embargo no puede abrir los ojos. No se puede escapar. interminable. 

Es un tonto. 

Dejarse dominar por su mente, ¡Ja! ¿Que será lo siguiente? ¿Sucumbir ante los miedos? Que manera más patética de morir. Que tragedia. Otro Aquiles. Gran potencial. Estúpido talón. 

Quizá escapa de si mismo. 
¡Eso! 

Huye de sí. De sus pensamientos. De la claustrofobia. Pronto llegará al final del camino. Pronto. Pobre imbécil. Pobre tonto. No sabe lo sencillo que es. 

2.18.2012

La chica de rojo.

Todos los miedos, cuando cerramos los ojos y juntamos nuestros labios, se desvanecen. El silencio y la pasión se funden en el aire. Te formas en mi mente. Una delicada curva para tu sonrisa. Dos ámbares para tu mirada. El azabache en tu cabello. El infinito en tu cintura. El caramelo para tu piel. La melodía para tu voz. Y el rojo para tu labial.